Administradores de fincas y comunidades de vecinos: los conflictos más recurrentes

Las discusiones con los administradores de fincas son recurrentes en las comunidades de vecinos. La mayoría de los españoles viven en edificios o chalets con comunidades de vecinos y en muchas ocasiones es imposible ponerse de acuerdo. Los administradores de fincas son los encargados de mediar y llevar en orden las cuentas pero casi siempre se acaban convirtiendo en el centro de la polémica.

El administrador de fincas se encarga de gestiones como inspecciones, obligaciones tributarias o normativas, pero su labor no suele estar lo suficientemente valorada. La principal disputa entre administradores de fincas y comunidades de vecinos es siempre por el tema económico. Muchas veces las cuentas no están claras y siempre se le acaba echando la culpa al administrador o sospechando de sus movimientos. Se puede dar el caso de que este no gestione correctamente las cuentas o incluso que se produzcan subidas de cuotas erróneas y esto acabe provocando el descontento de los vecinos.

Otro conflicto recurrente es la dificultad para contactar con el administrador. Los administradores de fincas suelen formar parte de un despacho y muchas veces cuando los vecinos intentan comunicarse con ellos han de pasar por numerosas centralitas y secretarias hasta lograr la ansiada comunicación. Este tipo de situaciones genera mal humor entre los vecinos. En ocasiones, el administrador no se compromete lo suficiente con la finca y no llega a empatizar con los vecinos. Una actitud distante y de poco interés con los vecinos también suele ser una fuente de conflictos.

De acuerdo con la Ley de Propiedad Horizontal el administrador debe atender a la conservación y entretenimiento de la casa, disponiendo las reparaciones y medidas que resulten urgentes. Muchas veces existen reparaciones en las fincas que se deben hacer de forma inmediata y el administrador de fincas adopta una actitud pasiva al respecto sin preocuparse de que se solucione cuanto antes. Otras veces, el administrador propone una empresa de reparaciones para que se encargue de solucionar el problema y los vecinos no se fían de esta empresa por el hecho de ser recomendada por el administrador.

A menudo existen en las fincas vecinos morosos y los administradores de fincas no son lo suficientemente persistentes para conseguir que estos vecinos paguen sus deudas. Esto provoca un malestar ya que falta dinero en la cuenta de la finca y el administrador no está realizando su labor de forma adecuada.